El semanario Der Spiegel informó sobre el hallazgo de programas de espionaje en los ordenadores de la Cancillería y de varios ministerios. Los servicios secretos internos detectaron en mayo los programas infiltrados. Según estas informaciones, el vicepresidente de los servicios secretos, Hans-Elmar Remberg, atribuye el ataque a unidades de espionaje del Ejército chino, que intentaron camuflarse con servidores informáticos en Corea del Sur.
De prosperar en Alemania la aspiración del democristiano ministro de Interior Wolfgang Schäuble, las computadoras de los servicios secretos que descubrieron en mayo los ataques chinos podrán servir a su vez para el espionaje informático. Esta semana se han conocido los avances del controvertido proyecto gubernamental para crear troyanos espía e instalarlos legalmente en ordenadores de sospechosos. Varios medios publicaron el miércoles que el "troyano federal" (o Remote Forensic Software (RFS, según la jerga ministerial alemana) está casi listo para su uso en ordenadores, PDAs o teléfonos móviles.
La embajada china en Berlín calificó las informaciones sobre el ataque a ordenadores del Gobierno alemán de "especulación irresponsable sin ningún fundamento", pero el Gobierno admite que los servicios secretos alemanes usaron la nueva arma en la lucha antiterrorista. Al menos 10 veces desde que el entonces ministro del Interior, Otto Schily, socialdemócrata, la admitió en 2005. En 2007, el ministerio suspendió estas actividades. Ahora se trata de crear un marco legal que permita su uso policial. El caso está en el Constitucional, que se pronunciará en primavera.
Los expertos en seguridad llevan meses advirtiendo de que los chinos son temibles aunque traigan regalos. Ya en febrero alertaban del recrudecimiento de los asaltos informáticos orientales contra empresas y redes de información alemanas. No sólo en busca de secretos políticos o diplomáticos sino también para acceder a habilidades técnicas y científicas de ingenieros, empresarios o arquitectos alemanes, principal materia prima del país. El botín es incalculable. Si hasta hace unos años la industria china se limitaba a reproducir artículos en versión barata, ahora se hacen con tecnología punta e incluso espían la organización y construcción de plantas de producción completas.
Las tentaciones chinas son demasiado golosas para que se limite desde Alemania la colaboración con el nuevo gigante económico. Será difícil que se enturbien las relaciones comerciales por el ataque descubierto en mayo y publicado esta semana, cuya calidad señala al Estado chino como responsable último. La canciller Angela Merkel (CDU), en visita oficial en China hasta el miércoles, logró de su homólogo chino, Wen Jiabao, la promesa de que tomará "medidas resueltas que eviten los ataques de hackers" en Alemania.
Fuente: elpais
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